MÁQUINA TOTAL 2: aprendiendo por un tubo

Queridos lectores, nuevos followers, mama que me lees desde España, lector esporádico de la red, queridos todos... 

Si me seguís por las RRSS (ya somos más de 1000 en Facebook :D), numerosas fotos, pines, tweets y hasta dos vídeos (uno de mi persona sin ningún sentido del ridículo y otro de mis alumnos, bastante más adorables que yo) han copado vuestros timelines hasta rozar el cansinismo hará unas dos semanas. Una especie de trasto rojo (el único color que tenía a mano) aparece en todas ellas, y os aseguraba que con él, un alumno aprende por un tubo (literal esto).


Ídolo de la infancia.
Y es que para esta idea no me he peleado con la plastificadora, ni he ido a la papelería, a una librería o a cualquier otro establecimiento al que, los que nos dedicamos a educar y enseñar, tenemos a bien acudir de vez en cuando. He ido a Leroy Merlin, a Decathlon, y sobre todo, en un digno ejercicio de adoración a Diógenes, a la basura y al trastero del piso que comparto aquí en París.

Durante una semana he preocupado a mis compañeros de hogar parisino con un inquietante acopio de botellas, vasos, gomas o hueveras, les he gritado NOOOOOOOOOOOTIRESESETAPÓN, QUEESROJOYMEVIENEMUYBIEN y he pedido, buscado, mangado tapones de colores como si el de color lila fuese ese tazo de Charmander que tanto se te resistió después de innumerables bolsas de Pelotazos.

Vamos, muy lejos de la actividad cotidiana de ordenador y sofá a la que les tengo acostumbrados.

Tantos domingos de los 90 con Bricomanía, tantos desayunos con Art Attack y tanta visita a Pinterest desde 2013, no podían acabar de otra forma. Porque en este último descubrí la idea que provocaría que yo acabase pidiendo una Black & Decker al vecino de abajo:

No, si es para hacer dictados con los niños le contesté, cuando me preguntó si quería una broca en especial. 
Ahora piensa que soy una pobre española que no ha aprendido nada de francés en estos meses o que en mi país tenemos unos recursos pedagógicos un tanto crueles.

El resto, en estos 13 minutos de vídeo que mis compañeros de piso me ayudaron a elaborar tan generosamente, tal vez para celebrar que la Semana Fantástica del Reciclaje en casa había tocado a su fin.


Además, tenéis un álbum de fotos en Facebook Pinterest, un vídeo de mis alumnos onfire, y una página especial en este blog que ahora tenéis en pantalla.

Pero... ¡aún hay más! 

Debido al júbilo con el que mis alumnos acogieron la máquina hace tres semanas, se me ocurrió una segunda, mucho más sencilla y hecha en una misma tarde sin ruidos, manchas de pintura ni más material que una caja de cartón, dos tubos de papel de cocina y cuatro vasos, para tranquilidad de mis compis....

... LA MÁQUINA CLASIFICADORA CLASIFIQUEITOR PLUS 2000

Si no podéis esperar para contar con el material, podéis utilizar sólo los vasos o sólo los tubos si nos os apetece agujerear y forrar cajas, como esta idea
Seguro que la podéis usar para esquematizar y repasar lo que sea con vuestros alumnos, enseñéis lo que enseñéis. Pensad en cualquier asignatura y veréis ;)

Aquí algunas ideas para la clase de ELE (o de inglés, francés, checoeslovaco…):
Mis alumnos, franceses ellos, se empeñan en tirar por el tubo de la Z la ficha del cero (zéro) y la cebra (zebre). Poco importa las 3947,8 veces que he explicado que la Z es para la A, la O y la U. Aquí tenéis un ejemplo de fichas que utilicé para tan ardua tarea.


Con la otra máquina os explico que trabajamos el género y número. Más que nada porque en el francés abundan palabras que se escriben casi igual que en español pero pertenecen al género contrario y viceversa. 




Tenéis más afotos en este álbum de facebook creado para la ocasión.


Vuestros alumnos agradecerán aprender y repasar de una manera diferente y os daréis cuenta de que, con un puto tapón rojo de cocacola del Dia%, se puede conseguir lo que ya dabas por imposible: que ese alumno que tanto se negaba pronuncie al fin la Erre y la Jota :')


PD. Mi más profundo agradecimiento a Imágenes Educativas por la difusión que han hecho de la máquina :’)